Antecedentes


        “Lo esencial es invisible para los ojos”(W.Kandinsky).



       Fractales en la naturaleza.

El matemático francés Benoît Mandelbrot desarrolló el concepto de fractal en 1975.
Un fractal es un objeto semi geométrico, pues por su irregularidad no pertenece a una geometría
tradicional y su estructura básica se repite a diferentes escalas.
La estructura de la naturaleza parece estar formada por estas formas fractales, como sucede con la
ramificación de un árbol, que repite una estructura inicial y que se va expandiendo en toda su
formación. Esto sucede prácticamente en todas las formas de vida vegetales, siendo el romanesco su
máximo exponente.

Pero los fractales aparecen también otro elemento natural indispensable para la vida : el agua. Las
moléculas que integran el agua de un copo de nieve se unen cuando alcanzan temperaturas bajo
cero, dando como resultado una cadena de formas repetitivas.
Cuando lanzamos una una piedra al agua, las ondas que repercuten en el agua viajan siguiendo una
estructura fractal que aumenta su tamaño con su movimiento expansivo.

La red que forman los rios y sus afluentes recuerdan mucho a un fractal. Lo mismo ocurre con las
cadenas montañosas y la formas de estas tras ser erosionadas por los cursos de agua. Los grandes
deltas y fiordos también suelen aparecer en formas fractales.


Pero el fractal no sólo se sitúa en la naturaleza sino que también se sucede en el interior del
cuerpo, tanto animal como humano.
En nuestra estructura exterior no somos fractales, sino asimétricos, pero interiormente nuestro
sistema nervioso sigue esta ramificación fractal como sucede con las con un árbol, nuestras venas y
arterias recorren nuestro cuerpo desde una forma inicial que se repite disminuyendo su tamaño hasta
perderse en la sangre, cuya estructura también contiene formas repetitivas.
Además, las formas de vida y creación que se rigen por fractales parecen no tener fin,
algunos científicos se basan en esta teoría para intentar explicar el origen y la distribución del
universo.

Ahora se sabe que la naturaleza favorece el caos y no la perfección, ya que ese caos es el que
permite la aparición de sistemas físicos y biológicos viables.
Por ejemplo, los alvéolos que se encuentran en nuestros pulmones siguen una "“distribución fractal
finita"” que resuelve el problema ingenieril sobre como presentar la mayor área expuesta dentro del
menor volumen posible (al igual que la corteza cerebral).
Este fascinante comportamiento en las formas de creación y estructuración de la vida me ha
resultado interesante para indagar él , llevándome a una investigación en la linea para trasladar este
aspecto fractal.

La complejidad de estas tramas ha ido en aumento, siendo los primeros trabajos de una estructura
más simple y que se repetía prácticamente en todo el espacio dibujado.
Con el tiempo, las formas que se buscan son más complicadas intentando dotar de un mundo
interior, una suerte de tramas reflexionadas que nos llevan a perdernos y recorrer la obra en su
totalidad.
Las tramas que formas las imágenes de este proyecto no son tan exactas como en la naturaleza,
parten de una estructura que se repite a diferentes escalas, pero de una manera irregular y acorde
con el espacio en blanco y la armonía en el conjunto del soporte.


        Arte oriental:
     El espacio en blanco en las estampas japonesas.

Las estampas japonesas también han servido de inspiración. Este género apareció en Japón en
el siglo XVII aunque su auge no llegó hasta el siglo XVIII, sus temas se basaban mayormente en la
naturaleza y las costumbres de esta civilización.
Estas imágenes están dotadas de una sensibilidad extraordinaria propia del arte de esta cultura
oriental, que parte de la reflexión más allá de la observación.

Para realizar sus obras, los artistas japoneses se situaban frente al motivo a representar y lo
observaban pacientemente, dejándose influir por todo el entorno, captando no sólo la imagen
objetiva que le proporcionaba su mirada sino también el residuo espiritual que de ella se
desprende. Una vez embriagados de esta observación, los artistas se retiraban a su estudio para
realizar esta pintura a modo de reflexión.

El arte oriental es un arte importante y complejo como el arte occidental, con sus escuelas y sus
teorías. En él pueden encontrarse todas las preocupaciones, ensayos, fórmulas y el problema es
que este arte, tan humano como el nuestro, ha sido a veces mal contemplado por el occidental,
cuando ha podido conocerlo.
El arte oriental, siempre ha sido extremadamente sencillo y elegante.


La curva de un dibujo de un jarrón, una flor o de un mueble no tenía nada de superfluo; todo es
esencial y admirable.

La escritura oriental es de gran importancia para esta civilización , el ideograma procede de un
pictograma, de un dibujo del que puede seguirse la evolución, desde las más antiguas
inscripciones, grabados, del siglo XIV a. de J.C.
Esta costumbre del pictograma ha enseñado al ojo oriental a hacer una síntesis de lo real, dándole
este aspecto en sus rasgos más específicos sin detenerse en el detalle, buscando una forma
equilibrada, rítmica, de los objetos.
Toda forma se convierte en símbolo generalizado, sintético; lo real esta estilizado de la forma más
significativa, mas impresionante, mas característica, más esencial.

El espacio en blanco ha tenido una importancia relevante en el arte oriental, sobre todo en las
estampas japonesas pues según sus pautas, este espacio debe ocupar dos tercios del total de la obra
y debe estar en total equilibrio y armonía con el dibujo que contenga. Es esta premisa la que más se
ha intentado buscar y transmitir en este proyecto.

Son estos aspectos, el equilibrio, la distribución del espacio en blanco, la sutileza, la sensibilidad y
sobre todo la esencia los que han servido de investigación dentro de este proyecto con el que se
pretende conseguir esa armonía a los ojos del espectador.

Artistas como el pintor y grabador japonés Katsushika Hokusai (1760-1849), renovó el ancestral
arte del ukiyo-e, también llamado “pinturas del mundo flotante”.

Hokusai creó unas maravillosas estampas paisajísticas que rinden un vibrante homenaje a la
naturaleza. Sus célebres imágenes de olas espumeantes o de humildes pescadores con la
imponente silueta del monte Fuji de fondo constituyen un icono del arte japonés.
De todas las estampas de Hokusai, sus Treinta y seis vistas del Monte Fuji son las más notables.


       La creación de atmósferas.

Otro aspecto que pretendía integrar en las pinturas de este proyecto en el de la creación de
atmósferas, para insertar en las obras un punto de levedad y una cierta envoltura sobre las que
intercalar las tramas que serán bien delineadas y definidas.
En el ámbito de la pintura muchos artistas han indagado en la creación de atmósferas, sobre todo
desde la llegada del impresionismo que sirvió como punto de partida para una forma más fluida
de pintar.

Algunos de ellos han sido Fernando Zobel (Manila, 1924 – Roma, 1984) que dotaba a sus pinturas
de un aire de inquietud y misterio latente. La sutileza, la levedad y la sensibilidad son algunos de
los aspectos destacados en su forma de entender el mundo y reinterpretarlo.

Mark Rothko presenta al espectador diluido en grandes campos de color que conducen a la esfera
interior, al cosmos y a la nada. Ocres, rojos y negros enfrentan al espectador a sí mismo, le sumen
en un estado de contemplación hasta el abismo del vacío y de vuelta a la existencia.
La espiritualidad de las obras clásicas de Rothko durante los años 50 había sufrido anteriormente
una larga evolución para llegar a la no-forma: un fondo monócromo sobre el que flotan áreas
rectangulares de colores simbólicos creando tensión entre ellos. Cuadros de una belleza basada en
una abstracción de tono lírico, alejada de lo representacional, que nos abruman con su significado
y evocan emociones.

William Turner (1775-1851) se encuentra entre ellos. La evolución de este pintor fue lenta pero
imparable hacia un estilo libre, atmosférico , en ocasiones esbozando incluso la abstracción.
Turner fue incomprendido y rechazado por algunos críticos que llevaban décadas admirándolo. El
aparente caos que llenaba las últimas obras de Turner fue atacado por considerarse la obra de un
demente.

El estilo de Turner se fue haciendo cada vez más libre, con el uso de una paleta
predominantemente clara. La culminación de todo este proceso es el sublime "“ Norham Castle:
amanecer"” (c.1835-40, Londres, Tate Gallery), donde casi toda forma reconocible queda diluida
por la omnipresente luz del amanecer. Con su perfección técnica y su paleta extraordinariamente
clara, la pintura recuerda más a una acuarela que a un óleo.
Es precisamente la carga que poseen estas atmósferas lo que más me interesa de la pintura de
Turner para trasladarlo de alguna manera a mi proyecto.

A diferencia de Turner, las atmósferas que se plasman en el proyecto quedan relegadas a un
segundo plano en la mayoría de las ocasiones, pues sirven de fondo para el dibujo que se trazará
sobre esta mancha de color, dejándola así escondida pero de vital importancia para construir un
peso dentro de las tramas de cada una de las obras. Esta mancha que se sitúa de base es
monocroma, se juega con la intensidad de un mismo tono para dar más o menos profundidad.


       Dibujar sobre la pintura.

El arte de Julie Mehretu, que nace en Etiopía pero desarrolla mayormente su obra en Nueva
York conecta aspectos de la abstracción, la cartografía, el dibujo en perspectiva y la planificación
urbana.

Son pinturas de ejecución energética, a gran escala, meticulosamente planificada donde sitúa una
amplia gama formas más o menos geométricas, a veces simples y otras veces muy complejas, de
diferentes colores. Sobre ellas crea una trama estudiada, reflexionada que suele trazarse con tinta,
tratada como un dibujo, sin diferenciar aquí el dibujo de la pintura como sucede en el arte oriental.
El resultado una tridimensionalidad acentuada y compleja.
A través de la pintura, Mehretu nos invita a re-examinar la organización de la planificación urbana
post-postmodera.

Esta joven artista combina un lenguaje personal de signos y símbolos con imágenes de la
arquitectura para crear sus abstracciones. Al mismo tiempo comprometido con las preocupaciones
formales del color y la línea y las preocupaciones sociales de poder, la historia, la globalización, y
la narrativa personal, ella está interesada en las capas múltiples de lugar, espacio y tiempo que
afectan la formación de la identidad personal y comunitaria.
Mehretu logra un efecto de remolino de composición, con pinturas que desdibujan el límite entre
la figuración y la abstracción, mientras que constantemente hace referencia al mundo que nos
rodea, incorporando un vocabulario visual sobre dinámica de mapas y planificación de redes
urbanas, este rasgo de tramas interconectadas es el punto que más me a hecho reflexionar.

La interconectabilidad esta integrada en este proyecto, pero de una manera más alejada de las
relaciones políticas o sociales que se establecen en la sociedad, sino que se centra en las relaciones
que forman la estructura de las que depende la vida en su más pura esencia.


En todo caso si habría una referencia a la vida urbana, en concreto a la forma en la que se
construyen las ciudades y su imagen resultante, las cartografías.
Las cartografías también pertenecen a aquello que el ojo no ve por sí solo, sino que necesita
aparatos y cierta altura para captar una imagen de la huella que las civilizaciones dejan en el
paisaje.